Conforme avanzan los años, cada vez es menos común la convivencia entre los miembros de un vecindario. Esto es más evidente todavía en las ciudades grandes, en donde siempre tenemos prisa, cosas que hacer, llamadas que realizar, y Blackberrys o iPhones que contestar. Sin embargo las cosas buenas deben permanecer, y una buena idea de la “vieja escuela” es ser amable con tus vecinos y crear un lazo de amistad…a la antigüita.
También sabemos que es emocionante estrenar casa, nuevo ambiente, nuevos muebles, nuevos colores, nuevos caminos y por supuesto…nuevos vecinos.
Aprovecha esta nueva oportunidad, tal vez descubras que alguno de tus vecinos (o todos), resultará ser un buen amigo, o cuando menos, será parte de alguna buena conversación, apoyo en alguna dificultad o bien, puede regalarte consejos para adaptarte mejor a tu nueva locación.
Aquí te damos algunos consejos, ya sea que acabes de mudarte o que ya tengas más tiempo viviendo ahí:
- Preséntate si eres nuevo, (o da la bienvenida cuando llegue alguien): Un buen comienzo es presentarte con los vecinos. Es una manera fresca y auténtica de demostrar que tienes buenas intenciones.
- Saluda y platica: Si te topas a tu vecino al salir a trabajar, tal vez le hagas el día saludándolo. Levanta alto la mano, la buena vibra siempre es bienvenida. Deséale un buen día. Y si te lo topas al llegar, una breve conversación también te ayudará a desconectarte del estrés.
- Sé responsable: Si tu hijo rompe una ventana con su balón de futból, lo correcto es pedir disculpas y hacerte responsable. Si ya tiene edad de hacerse responsable por sí mismo, entonces invítalo a hacerlo. Los deshechos de tus mascotas, ya sabes qué hacer con ello. Y si organizas una fiesta, avisa con anticipación y trata de respetar manteniendo el ruido en un nivel razonable.
- Proporciona ayuda: Si sacaste tu escalera para realizar alguna tarea, aprovecha la vuelta y ofrece bajar la pelota del techo del vecino. O bien, puedes prestar la aspiradora para el carro, la podadora, etc. Son pequeños actos de servicio que sumarán puntos a tu favor.
- Cuida las áreas comunes: Jardines, calles, árboles, parques, y en los nuevos edificios de departamentos, quizá hasta el gimnasio o la alberca.
- No te olvides de la comunicación: Si crees que hay algo que pueda mejorar el vecindario, comunícalo. Si tu vecino no te deja dormir con sus fiestas, también hàzlo saber de manera amable y atenta. La mayoría de los problemas se resuelven por las buenas.
- Convive: Hay cientos de formas de convivir, puedes organizar una día de juegos para los niños y ofrecerte a cuidarlos al salir en bici, o puedes invitar a una carne asada cuando llega un nuevo vecino, o puedes organizar un grupo de vecinos para salir a correr.
- Lleva un regalo sin razón alguna: ¿Hicieron galletas o brownies en tu casa? ¿Porqué no llevarle unas cuantas a la familia de al lado?
Todos estos son pequeños pasos para llevar una mejor convivencia. En cada cuadra hay vecinos que son amigos de todos, siempre te regalan una sonrisa y un saludo cálido, y también hay el vecino que siempre tiene “la puerta cerrada” (metafóricamente), no convive, no te voltea a ver y probablemente ni sepa tu nombre.
Tal vez es una ilusión pensar que todos los vecinos serán amigos, pero recordemos que un mundo en paz se compone de países que saben cooperar, a su vez ese país se compone de estados y ciudades que saber aportar, y las ciudades se componen de vecindarios y familias que conviven en paz y en armonía.
Bien lo dijo John Lennon, “Imagine all the people, sharing all the world” (imagina a todas las personas, compartiendo todo el mundo). En fin, rescatemos la convivencia entre vecinos como a la antigua, será como tu propia aportación para un mundo mejor.