¿Estás cansado de pagar renta y piensas que ya es hora de tener tu propia casa? Aquí te platicamos 7 ventajas de hacerlo:
Razón 1: Estamos frente a las tasas más bajas en la historia de nuestro país. Si estás buscando las condiciones financieras adecuadas, ¡éste es el momento! Cuenta la leyenda que antes habían tasas de interés que estaban por las nubes, tasas arriba del 15% y cosas terroríficas como esas…eso ya quedó en el pasado. Ahora puedes fácilmente encontrar tasas entre 8.5% y 10% ¡e incluso en algunos casos puede llegar a ser de 7.30%! Además, ya prácticamente en ningún caso existe la penalización por pago anticipado (a diferencia de antes). Contáctanos sin costo y te podemos ayudar a comparar tus opciones y decidir la opción más conveniente para tí.
Razón 2: Te “obligas” a ti mismo a ahorrar. Estamos de acuerdo, el costo que pagarías para rentar una misma casa sería un poco menor que el costo que pagarías normalmente por un crédito hipotecario, pero, en el caso de la renta, el 100% del dinero es “desperdiciado”, mientras que con la hipoteca, una parte de tu mensualidad va a capital, y por lo tanto es como si te estuvieras forzando a ti mismo a ahorrar.
Razón 3: El crédito hipotecario te ayuda a formar patrimonio (y además, puedes sacar provecho de la plusvalía). Cada mensualidad que pagas, abonas algo a capital, lo cual va formando tu patrimonio. Al ir abonando o terminar de pagar, contarás con una propiedad que además, debió haber generado plusvalía en todo ese lapso.
Razón 4: Tu crédito hipotecario tendrá una mensualidad fija (vs la renta, que puede crecer al ritmo de la inflación). Así es, al firmar un contrato de crédito hipotecario, normalmente estarás “amarrando” el costo de tu mensualidad, mientras que cuando rentas, estás expuesto cada año a que el propietario te suba la renta. En algunos casos puedes elegir una hipoteca del tipo creciente (con mensualidades iniciales más bajas), pero aún en esos casos estarás cubierto puesto que el incremento en un crédito de ese tipo es de alrededor del 2% anual, mientras que la inflación o el salario mínimo tienden a subir entre 4 y 5% (es decir, la renta se incrementaría al doble del ritmo en el que se incrementaría tu crédito en caso de un esquema creciente, o nada, nadita, en el caso de un esquema fijo). Pero no te hagas bolas, si nos contactas, sin costo te ayudamos a comparar tus opciones.
Razón5: Deducibilidad de intereses: en México, una parte de los intereses que pagas de tu crédito hipotecario (para casa o departamento) es deducible de impuestos. Así que el gobierno puede regresarte dinero cada año y así podrás recuperar parte del costo de tu crédito.
Razón 6: Los seguros: daños, desempleo y vida. Estos beneficios son de altísimo valor. En México una hipoteca debe ir acompañada de varios seguros:
- De Vida: en caso de fallecimiento, la aseguradora se hace cargo de pagar el saldo pendiente a tu banco, de esa forma tus beneficiarios podrían quedarse con la casa sin tener que cargar con el peso del pago de las mensualidades (obviamente este beneficio no existe en el caso de renta de una casa). En algunos casos la aseguradora puede hasta “regresarle” dinero a tus beneficiarios. En el caso de que llegues a faltar (tocamos madera), puedes tener la tranquilidad de que tu pareja o tus hijos al menos no tendrían que preocuparse por el pago de la renta.
- De Daños a la propiedad: ¿cuántas veces no hemos escuchado del huracán que destruyó alguna colonia? Al tener una hipoteca, hay un seguro que te cubrirá contra incendio, terremoto, huracán, inundación, etc. Seguro = tranquilidad.
- De desempleo: Si rentas casa y te quedas sin empleo, dudamos mucho que el propietario te permita que no le pagues por algunos meses; en cambio, en un crédito hipotecario la aseguradora se haría cargo de cierto número de mensualidades, para que tu enfoques tus energías en encontrar un nuevo trabajo.
Razón 7: ¡Puedes hacer y deshacer a tu gusto!: no hay mucho que explicar. Cuando eres el dueño puedes modificar, pintar, decorar, remodelar, todo a tu gusto, y sin necesidad de pedir permiso a nadie (bueno, tal vez a tu pareja o a tu familia, pero nada más).
Por razones obvias, habrá ciertos casos en que te convenga seguir rentando, es decir, ninguna opción es siempre, en el 100% de las veces, mejor que la otra, pero puedes contemplar las ventajas mencionadas arriba si estás analizando lanzarte a dejar de rentar para ser dueño.
A final de cuentas, a quién no le gusta ser dueño de algo, y qué mejor que ser dueño de la casa en la que vives.